De mayor quiero tener un perro guía

«De mayor quiero tener un perro guía». Ese ha sido uno de mis sueños desde que era pequeño. Realmente no sabría definir el porqué, bien porque siempre me han gustado los animales, si porque me costó horrores acostumbrarme al bastón blanco o porque mis padres me lo comentaron de chico y me imaginaron con un perro de mayor… Creo que por un compendio de todo eso. Pues bien, tras mucho tiempo, tras mucha espera, tras algunos jarros de agua fría; después de muchos correos, varias llamadas, una operación, una lista de espera que parecía que nunca acababa… ¡Hoy he recibido la llamada que me informaba de que mi nuevo compañero ya me espera en Madrid! No, no sé su nombre aún (ni lo voy a poder escoger yo), ni su raza, ni su color de pelo. Sólo sé que va a ser un compañero fiel y que va a estar a mi lado, prácticamente vaya donde vaya, durante muchos años. La verdad es que escribiría montones de cosas y en la mente se me agolpan millones de ideas, frases, pensamientos, sensaciones, sentimientos… ¡y los que seguro vendrán en días sucesivos!

A ver, centrémonos. Acabé la carrera en 2008 y entonces me decidí. ¿Porqué no antes? Realmente, no lo sé, supongo que viviendo en un piso de estudiantes y con la vida social que siempre me ha gustado tener, pensaría que  no era el momento, o tal vez no estaba preparado para el compromiso. Porque obviamente, un perro guía lo requiere y a borbotones.

En 2009 me decidí a presentar la solicitud para conseguirlo, mediante la ONCE y su Fundación del Perro Guía. ¿Madrid o Rochester, en los Estados unidos? Uno, que es aventurero y le gustan las emociones fuertes, no lo dudó. Rochester. Además, un amigo de mi padre y demás gente que luego os contaré me habían hablado maravillas de la escuela.

EN 2010 pero, tuve que renunciar a la solicitud por una operación de corazón (superada con creces y con dos válvulas mecánicas en mi pecho). Tras reactivar dicha solicitud una vez pasada la intervención, me senté a esperar, metafóricamente. Porque realmente nunca estuve quieto. Leí páginas, documentos, normativas, trucos, consejos.. Adelantándome a los sucesos. Ahora, me doy cuenta que he sido impaciente, cabezón e insistente. Por otro lado, de no ser así, no me hubiera enterado hasta prácticamente ahora de que a Rochester no podría ir, por una serie de alegaciones referentes a mi intervención quirúrgica que escapan a la intención de este texto. En su momento pues, fui informado de dicha condición y, tras la desilusión inicial (por aquello de que las cosas no salen como uno ha imaginado tanto tiempo), cambié el chip y me convencí que no importaba tanto la procedencia del animal, sinó su función a mi lado, la educación que íba a darle y todo lo bueno que compartiríamos juntos.

La verdad es que a día de hoy, todo ese periódo de espera, ansias, correos, insistencias, parece haberse disipado en un abrir y cerrar de ojos.

Recuerdo, eso sí, las diferentes experiencias que este tiempo me ha aportado: algunas buenísimas, como ha sido conocer a la gran Patrícia Carrascal, a su pareja y a su fantástica rubia peluda, como así la llama ella, Brylin. AAquí podéis leer, y os lo recomiendo, una entrevista que tuvo a bien hacerme para su blog, donde explicamos nuestra pequeña gran historia. En realidad, todo empezó <a href=»http://viviendoatientas.wordpress.com/2010/03/24/una-nueva-etapa/comment-page-1/#comment-183″>aquí</A> aunque os recomiendo <a href=»http://viviendoatientas.wordpress.com/2013/01/20/el-placer-de-entrevistar-a-un-amigo/»>Leer entrevista Viviendo a Tientas</a>

Y ahora, de un modo totalmente distinto a como lo había imaginado, ha llegado la llamada. Estaba en directo, trabajando, en antena. entre dos entrevistas he recibido una llamada. Número largo de centralita. Cuando he descolgado no imaginaba lo que me aguardaba. Una voz me informaba sobre algo de un curso, de una convocatoria, de un perro y una fundación. Mi corazón se ha acelerado y literalmente he saltado ante la mirada atónita de mis compañeros de trabajo. Con más calma, le he pedido a la amable chica que me llamara dentro de un rato, pues no podía hablar con tranquilidad entonces. Creo que las entrevistas que han venido luego las he hecho como subido en una nube. Finalmente y mientras comía con mi padre y Núria, mi pareja, el teléfono ha vuelto a sonar. «EL 25 de noviembre tienes que estar en Madrid (…) Te convocamos al curso semidomiciliario para darte al perro, mitad en Madrid y mitad en Tarragona, cerca de tu hogar. (…) Vas a estar unos días en la escuela para adaptarte al perro (…) una vez que te lo demos va a estar las 24 horas contigo para siempre (…) »

Tras varios ápices de información relativa a la estancia y otros detalles he colgado. Ha llegado entonces el abrazo de Núria, las felicitaciones y bromas jocosas de mi padre, a los que les ha hecho tanta ilusión como a mí, la llamada a mi madre y luego la ilusión de contarlo a mis amigos, familiares, compañeros, etc.

Quiero reseñar un mensaje digno de mención: «empezamos juntos, tu a vivir y yo a trabajar, es por eso que esta notícia me llena de gozo…» Me ha emocionado. Y es que ha sido mucha la gente que me ha acompañado, me ha ayudado a insistir y me ha dado ánimos en el camino. A ellos, mis más sinceras gracias, cualquiera que haya sido vuestro papel en esto.

Y es que va a ser un cambio. Un cambio radical. Tendré que cambiar 28 años haciendo las cosas de una determinada manera, deberé aprender para enseñar a los de mi alrededor; aprender a vivir, a trabajar, a caminar, a confiar… Y todo esto con él. No será fácil. Tendré que adaptarme a muchas cosas, en la calle, en casa, en el trabajo, con mi familia, mis amigos de siempre y mi pareja. Ellos también tendrán que adaptarse, aprender y aguantarme sobretodo al principio. Tendré que aprender e instruír, y seguro que seré muy gruñón y muy exigente con esto. Pienso que me veré capaz de ir a muchos sitios, dejar a un lado la pereza y la comodidad de “pasadme a recoger” y cambiarlo por “nos encontramos en tal sitio”. Creo que en mi trabajo también me ayudará y agilizará mis desplazamientos y confío en que mis compañeros aceptarán la incorporación canina a la plantilla. A todos ellos, vosotros, ustedes, gracias también por adelantado. ¿y en el pueblo? La gente está poco acostumbrada a verme solo por la calle (porque soy un vago del bastón), ahora el cambio será más que substancial.

¿Dudas? No tantas. He leído tanto sobre el tema y he preguntado tanto que parte de la teoría ya me la sé. No nos engañemos, nada que ver con la práctica.

Hoy empieza pues, un cambio que quería compartir con todos los que habéis llegado a leer hasta aquí (que paciencia, Dios mío). Gracias a todos, por lo que habéis sido y por lo que me habéis hecho ser a mi. Hoy he dejado a un lado cualquier tipo de teoría, literatura, registro periodístico (incluso seguro que se me ha escapado alguna falta de orticultura) para explicaros, sin casi apartar las manos del teclado, aquello que me ha venido a la mente. Seguiré contándoos cosas, por aquí, por el Twitter, subiendo fotos, audios y lo que buenamente pueda. Ahora, las emociones me abruman. Imaginaros que a escasas horas de haberme comunicado la notícia, ya he mandado mensajes, whatsapps, hecho numerosas llamadas  e incluso he comprado el billete para el AVE. A todos, en especial a mis amigos, compañeros de trabajo, família y a la estupenda Núria, os agradezco el apoyo y la paciencia, la necesitaréis. 🙂

Recomiendo también, para quien esté interesado, busquéis información, os sorprenderá. A modo de nociones básicas y sacado del <a href=»http://perrosguia.once.es/»>Decálogo del perro guía</a>: No dejes tu perro suelto cerca de mi. Intenta controlarle.

Para dar una indicación a mi dueño, no tires de la correa ni me agarres del arnés.

Recuerda que soy los ojos de una persona. No impidas mi paso a los establecimientos ni transportes. La ley me ampara.

No me tengas miedo. Ni soy agresivo ni transmito enfermedades.

Si cuando vas conduciendo ves que intento cruzar, ten precaución y para a una distancia suficiente para no asustarme.

Facilítame una ubicación cómoda en los transportes públicos.

Somos perros limpios. El pipí y las cacas siempre lejos de las aceras en los lugares adecuados.

(…)

 

 

2 comentarios

  1. Bueno, aunque ya te lo he dicho, quería volver a felicitarte por aquí. Me ha encantado el post, y que nos gusta verte tan feliz! Fíjate que hasta por aquí andamos emocionados con la noticia, así que… imaginamos que hoy en casa estaréis que ni os lo podréis creer, jajaja.
    Seguro que con ese ánimo y esas ganas que tienes de hacerlo lo mejor posible vas a ser un gran compañero para tu peluche. Va a tener mucha suerte contigo, estoy segura.
    Un abrazo y a contar los días! Que un mes se pasa volando 😉

  2. Holaaaa!!! enhorabona per la gran noticia! per fi! i gràcies a ella he descobert el teu blog jejeje així que t’aniré seguint!
    una abraçada ben forta i a veure si ens veiem encara que ja sigui per presentar als peluts! 😉

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *